José Saramago,

poeta portugués

 


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José Saramago, poeta portugués


Catorce de junio

Cerremos esta puerta.
Lentas, despacio, que nuestras ropas caigan
Como de sí mismos se desnudarían dioses.
Y nosotros lo somos, aunque humanos.
Es nada lo que nos ha sido dado.
No hablemos pues, sólo suspiremos
Porque el tiempo nos mira.
Alguien habrá creado antes de ti el sol,
Y la luna, y el cometa, el espacio negro,
Las estrellas infinitas.
Ahora juntos, ¿qué haremos? Sea el mundo
Como barco en el mar, o pan en la mesa,
O el rumoroso lecho.
No se alejó el tiempo, no se fue. Asiste y quiere.
Su mirada aguda ya era una pregunta
A la primera palabra que decimos:
Todo.

De "Poesía completa" Alfaguara Editores, 2005
Versión de Pilar del Río


El beso

Hoy, no sé por qué, el viento ha tenido un
hermoso gesto de renuncia, y los árboles han
aceptado su quietud.
Sin embargo (y es bueno que así sea) una guitarra
organiza obstinadamente el espacio de la soledad.
Acabamos sabiendo que las flores se alimentan en
la fértil humedad.
Ésa es la verdad de la saliva.

De "Poesía completa" Alfaguara Editores, 2005
Versión de Ángel Campos Pámpano

 

«En el corazón, quizá»

En el corazón, quizá, o más exacto:
Una herida rasgada con navaja,
Por donde se va la vida mal gastada,
Con total conciencia nos apuñala.
El desear, el querer, el no bastar,
Equivocada búsqueda de la razón
Que el azar de ser nos justifique,
Es eso lo que duele, quizá en el corazón.

De "Poesía completa" Alfaguara Editores, 2005
Versión de Ángel Campos Pámpano

 

Estudio de desnudo

Esa línea que nace de tus hombros,
Que se prolonga en brazos, después mano,
Esos círculos tangentes, geminados,
Cuyo centro en cono se resuelve,
Agudamente erguidos hacia los labios
Que ansiosos de los tuyos se desprenden.

Esas dos parábolas que te encierran
En el quebrar ondulado de cintura,
Las calipigias cicloides superpuestas
Al trazo de las columnas invertidas:
Tibios muslos de líneas envolventes,
Torneada espiral que no se extingue.

Esa curva tan suave que dibuja
Sobre tu vientre un arco reposado,
Ese triángulo oscuro que fulgura,
Camino y sello de la puerta de tu cuerpo,
Donde el estudio que de desnudo hago
Se transforma en cuadro terminado.

De "Poesía completa" Alfaguara Editores, 2005
Versión de Ángel Campos Pámpano


 

Hasta la carne

Otros dirán en verso otras razones,
Quién sabe si más útiles, más urgentes.
Éste no cambió su naturaleza,
Suspendida entre dos negaciones.
Ahora, inventar arte y manera
De juntar el azar y la certeza,
Se lleve en eso, o no, la vida entera.

Como quien se muerde las uñas cercenadas.

De "Poesía completa" Alfaguara Editores, 2005
Versión de Ángel Campos Pámpano

 

Intimidad

En el corazón de la mina más secreta,
En el interior del fruto más distante,
En la vibración de la nota más discreta,
En la caracola espiral y resonante,

En la capa más densa de pintura,
En la vena que en el cuerpo más nos sonde,
En la palabra que diga más blandura,
En la raíz que más baje, más esconda,

En el silencio más hondo de esta pausa,
Donde la vida se hizo eternidad,
Busco tu mano y descifro la causa
De querer y no creer, final, intimidad.

De "Poesía completa" Alfaguara Editores, 2005
Versión de Ángel Campos Pámpano

 

Inventario

De qué sedas están hechos tus dedos,
De qué marfil tus muslos lisos,
De qué alturas llegó a tu andar
La gracia de gamuza con que pisas.

De qué moras maduras se extrajo
El sabor acidulado de tu seno,
De qué Indias el bambú de tu cintura.
El oro de tus ojos, de dónde vino.

A qué mecer de ola vas a buscar
La línea serpentina de tus caderas,
De dónde nace la frescura de esa fuente
Que sale de tu boca cuando ríes.

De qué bosques marinos se soltó
La hoja de coral de tus puertas,
Qué perfume te anuncia cuando vienes
A rodearme de deseo las horas muertas.

De "Poesía completa" Alfaguara Editores, 2005
Versión de Ángel Campos Pámpano



Laberinto

En mí te pierdo, aparición nocturna,
En este bosque de engaños, en esta ausencia,
En la neblina gris de la distancia,
En el largo pasillo de puertas falsas.

De todo se hace nada, y esa nada
De un cuerpo vivo enseguida se puebla,
Como islas del sueño que entre la bruma
Flotan, en la memoria que regresa.

En mí te pierdo, digo, cuando la noche
Sobre la boca viene a colocar el sello
Del enigma que, dicho, resucita
Y se envuelve en los humos del secreto.

En vueltas y revueltas que me ensombrecen,
En el ciego palpar con los ojos abiertos,
¿Cuál es del laberinto la gran puerta,
Dónde el haz de sol, los pasos justos?

En mí te pierdo, insisto, en mí te huyo,
En mí el cristal se funde, se hace pedazos,
Mas cuando el cuerpo cansado se quiebra
En ti me venzo y salvo, en ti me encuentro.

De "Poesía completa" Alfaguara Editores, 2005
Versión de Ángel Campos Pámpano



Signo de escorpión

Sabrás que para ti no habrá descanso,
La paz no está contigo, tampoco la fortuna:
El signo así lo ordena.
Te pagan bien los astros esta guerra:
Por más breve que sea la cuenta de tu vida,
Pequeña no será.

De "Poesía completa" Alfaguara Editores, 2005
Versión de Ángel Campos Pámpano

 

«Vengo de lejos, lejos»

Vengo de lejos, lejos, y canto sordamente
Esta vieja, tan vieja, canción de rimas tuertas,
Y dices que la canté a otra gente,
Que otras manos me abrieron otras puertas:

Pero, amor mío, yo vengo a este paso
Y grito, desde la lejanía de los caminos,
Desde el polvo mordido y el temblor
De las carnes maltratadas,
Esta nueva canción con que renazco.

De "Poesía completa" Alfaguara Editores, 2005
Versión de Ángel Campos Pámpano

 

Virginidad

No es esa que el pudor un día deja,
No es esa que fue espejismo y es engaño.
La última puerta es la que importa:
Cazador que porfía, caza alcanza.

De "Poesía completa" Alfaguara Editores, 2005
Versión de Ángel Campos Pámpano

 


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